Todos los partidos ven motivos electorales en la ruptura del Gobierno UPN-CDN

Anunciada oficialmente anoche la ruptura del Gobierno de coalición entre UPN y CDN, los análisis de los diferentes partidos aportan matices pero a partir de un común denominador: los intereses electorales de cara a los comicios autonómicos de 2011.

Así, mientras que la presidenta de UPN, Yolanda Barcina, se ha limitado hoy a señalar que los pactos "están para cumplirse", porque si no, "se pierde la confianza", que es "importante" para gobernar, el presidente del Ejecutivo foral, Miguel Sanz, no ha dudado en asegurar que su ya ex socio en el Gobierno ha optado por un "cambio de estrategia" que le permita "una diferenciación" con respecto a UPN a la vista de los malos resultados electorales que algunas encuestas le auguran.

De ahí los "desmarques" de CDN en asuntos como la ley del vascuence que ha provocado la ruptura, según Sanz, aunque el presidente de CDN, José Andrés Burguete, sostiene que el hecho de que su partido apoye una reforma de esta ley sólo ha sido la "excusa" de Sanz para echarlos del Gobierno.

Esta ruptura parece consolidar la apuesta de Sanz de hace un año por dejar a UPN la manos libres para un entendimiento con el PSN, cerrando así el paso a un posible Gobierno con presencia nacionalista.

Entonces rompió el pacto que su partido tenía con el PP con el argumento de que la formación regionalista tiene derecho a un criterio propio en asuntos como los Presupuestos del Estado, una decisión que valoró el PSN después de que ya en 2007, tras conversaciones entre Sanz y José Blanco, hubieran facilitado la investidura de Sanz.

Ahora, antes de conocerse el final de la crisis, el PSN ya anunció a través de su secretario general, Roberto Jiménez, que mantendría su "línea de responsabilidad y de garantizar la estabilidad" de Navarra.

Pese a la disposición, Jiménez ha barajado también que las desavenencias entre UPN y CDN puedan responder a "cálculos electorales" por el "miedo de la derecha a perder el Gobierno" y para evitarlo, aunque parezca lo contrario, no ha descartado que se trata de "acabar en una única casa".

Desde NaBai, principal partido de la oposición, Patxi Zabaleta ha afirmado sin embargo que precisamente el Partido Socialista ha sido "parcialmente instigador" de la crisis en el Gobierno de Navarra.

Una crisis que a juicio de la coalición abertzale tiene una clave electoral, "buscar un espacio político para 2011" cuando UPN se lo tendrá que disputar con el PP ya que entonces la formación que preside Mariano Rajoy concurrirá en Navarra en solitario, y para ello Miguel Sanz ha utilizado el euskera "como arma arrojadiza e instrumento político".

Y en este cruce de opiniones el PP ha planteado hoy una reflexión sobre "la oportunidad de disolver el Parlamento y convocar nuevas elecciones para que los navarros puedan expresar su voluntad democrática después de tantos cambios decisivos" desde que votaron en 2007.

La razón para el presidente de la comisión constituyente del PP en la Comunidad Foral, José Ignacio Palacios, es que los navarros "no votaron al centroderecha para que desde el Gobierno de Navarra se aplicasen las políticas socialistas" y por lo tanto afirma que Sanz, "hoy más que nunca, está falseando" la voluntad de los electores.